El enfoque al cliente destaca la importancia de comprender y satisfacer las necesidades y expectativas del cliente. Este principio central implica la orientación de todos los procesos y decisiones hacia la mejora continua de la satisfacción del cliente. La ISO 9001 promueve la atención a los requisitos del cliente en todas las fases del ciclo de vida del producto o servicio, contribuyendo así a la eficacia y éxito sostenido de la organización.