Fases del Design Thinking.
Las fases del proceso de Design Thinking son cinco. Y, al menos, hemos de pasar una vez por cada una de ellas para desarrollar un proceso completo con esta metodología. Cada una de las fases necesita de diferentes herramientas y habilidades. Y está orientada hacia hacer que el proceso avance poniendo al usuario en el centro.
Las cinco fases que Tim Brown, fundador de IDEO y creador de la metodología definió son las fases de Empatía, Definición, Ideación, Prototipado y Evaluación o Validación.
Un proceso de Design Thinking eficaz debe cumplir al menos con tres premisas. Relacionadas con la forma en la que nos enfrentaremos al paso por cada una de las fases. Estas premisas son:
Siempre debemos estar centrados en el usuario: De principio a fin, el usuario debe estar en el centro del proceso. Esto significa que debemos pensar siempre en los términos que hacen para él útil un producto, servicio o proceso. Para él como persona concreta, con unas características, deseos y necesidades propias, que descubriremos en la fase de Empatía.
Un proceso de Design Thinking debe estar orientado a la acción: Una de las características más potentes del Design Thinking es que nos permite aprender muy rápidamente si un producto, servicio o proceso tiene valor para un usuario. Esto se ve muy claramente en algunas de las fases, como en la de prototipado. En ella, en pocas horas, damos forma a una idea para enseñársela rápidamente a un usuario y que la valide. Aunque sea a través de un storyboard, maqueta o folleto.
No debemos temer al error: Ser conservador en un proceso de Design Thinking es el ingrediente perfecto para no generar innovación. Debemos confiar en el proceso, que nos llevará por un camino u otro, pero siempre hacia algún lugar. Un lugar que hemos recorrido de la mano del usuario y que ahora nos ofrece una serie de aprendizajes que incorporar a una nueva y seguramente mejorada iteración.
Ejemplo de Alto Nivel de las Fases de DT